Con el fin de comprender los alcances del consentimiento como concepto y su implicancia en la vida cotidiana para mujeres y disidencias, realizamos un estudio conjunto entre Amaranta y AVON: Promesa para poner fin a la violencia contra mujeres y niñas, en el que participaron más de mil encuestadas/es. En el estudio descubrimos que los grupos que menos respetaron decisiones y consentimiento fueron parejas, familia y amistades de las sobrevivientes. Además, un 53% señaló que alguna vez aceptaron algo que no querían porque se sintieron presionadas.
En el marco de la campaña “SinohaySÍesNo” realizada en el Mes Internacional de la Eliminación de la Violencia de Género, Amaranta ONG junto a Avon y su “Promesa para Erradicar la Violencia de las Mujeres y Niñas” realizaron una encuesta sobre consentimiento en mujeres cis, trans y personas no binarias llamada “Consentimiento y sus implicancias en la vida cotidiana”.
En el estudio, aplicado en todo Chile participaron 1.045 personas, de las cuales un 92% se identificó como mujer cis, 7% como persona no binarie y un 1% como mujer trans.
La importancia de hablar y estudiar todo lo que conlleva el consentimiento radica en que este acto va moldeando la realidad de las mujeres y disidencias. Tanto en su carga emocional, social y como se desenvuelven con otros/es en el cotidiano. En ese sentido, entender su importancia es parte crucial en el camino hacia la erradicación de la violencia de género sostenida en la vulneración de límites.
Cuando preguntamos en qué consiste el consentimiento más de 118 mujeres creen que es algo que se expresa exclusivamente de manera verbal y 74 no tenían clara las maneras de entregarlo. Además, un 81% sostiene que también se expresa de manera no verbal (gestos, tonos de voz, distancias, etc.)
«Cada persona tiene límites distintos y todo el mundo merece que se respeten los suyos. Lo que una persona consiente es sólo decisión suya, puede variar en el tiempo y es reversible. Es importantísimo abordar el consentimiento en momentos que aún muchas personas no parecen entender sus implicancias, ya que el transgredir el consentimiento de otra persona constituye un acto violento y esto no ocurre solo en relaciones emocionales o sexuales”, indica Cecilia Ananías directora de Amaranta ONG.
Sobre situaciones que requerían consentimiento, un 68% señaló que al momento de poner límites estos no fueron respetados, un 56% indicó además que se sintió obligada a decir sí cuando quiso decir no y un 53% aseguró que muchas veces aceptó algo que no quería porque se sintió presionada por la culpa que implica decir «no».
Al respecto, las investigadoras concluyen que junto con la carga de “consentir “mujeres y disidencias también deben sobrellevar la culpa de decir que “no”, posiblemente a raíz de una socialización que busca que las mujeres sean pasivas y complacientes mientras crecen.
De las más de mil convocadas/es solo un 15% sentía que era normal decir que no y no experimentaban ninguna culpa al decirlo; el otro 85% declaró sentirse culpable en múltiples situaciones (si lo pide la pareja, una amistad, en su familia, si no tenía excusa o porque lo pedían desde su trabajo).
Además, casi un 95% tenía claro que el consentimiento no solo se da en relaciones emocionales o sexuales. Un 64% de las y les encuestada/es tiene claro que puede revocar posteriormente el permiso a algo a lo que accedieron; lamentablemente, casi un 27% siente que no puede arrepentirse posteriormente.
Un 84% declaró que una persona no puede consentir nada si bebió demasiado, un 82% señaló lo mismo si está bajo efecto de una droga y un 96% si la persona está durmiendo. Si está ante una persona con más poder, como un profesor o jefe casi un 80% dijo que no, pero un 11% dijo que sí y 9% no estaba segura.
¿DÓNDE SE VULNERAN LOS LIMITES?
Al ser preguntadas por los grupos que más traspasaban sus límites, las mujeres encuestadas señalaron que sus amistades (50%) seguido por parejas (48%) familia (44%) lugares de estudio (43%) y lugares de trabajo (42,5%) .Solo 96 personas de 1.000 señalaron que siempre han sentido respeto por sus límites.
“Muchas veces creemos que conocemos lo que es el consentimiento y que nuestro entorno también lo entiende, así también lo demuestra la encuesta. Sin embargo, existen muchos actos de los cuales no somos del todo conscientes que constituyen instancias que requieren de consentimiento. Esto demuestra que no podemos fiarnos de la noción de consentimiento que existe en las personas porque este no siempre está bien abordado”afirma Ana Inés Álvarez, Líder de Fundación Avon y de la Promesa para erradicar la violencia de género en Chile.
Sobre cuando han intentado establecer un límite, un 64% de las respondientes señaló que se siente culpable cuando cree que no tiene una excusa importante para negarse a algo, lo que las expertas señalan es una muestra clara de cómo existe una carga y culpa hacia las mujeres ante las negativas de peticiones de otro/e, las que terminan finalmente por ceder.
Para hacer ver sus límites, un 95% de las encuestadas señaló tuvo que recurrir al recurso de mostrarse “fría” o “dura” para que otros/es respetara los límites marcados. A pesar de existir una negativa desde antes.
HABLAR SOBRE CONSENTIMIENTO
“Esto demuestra cómo aún en nuestra sociedad no basta con trazar límites para hacer valer nuestro respeto, ya que constantemente la sociedad está esperando que cedas. Es importante entender que el consentimiento es algo dinámico que cambia según el tiempo y que las situaciones de jerarquía pueden profundizar instancias de violencia hacia las mujeres” analiza Karen Vergara, Directora de Incidencia de ONG Amaranta.
De acuerdo a ambas investigadoras un dato clave para entender la gravedad el fenómeno que envuelve al consentimiento es que afecta profundamente el cotidiano y la salud física/emocional de las y les encuestados. Ambas finalizan expresando que este es un punto crítico para reforzar respecto del consentimiento y su valor frente a los círculos cercanos.
Sumado a lo anterior, validar el concepto del consentimiento como algo intrinseco desde la primera infancia es fundamental para crear espacios seguros para las/les niñeces, mujeres y disidencias del futuro.
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