Por Consuelo Herrera
El mundo del trabajo ha estado marcado por una historia presidida por continuas transformaciones que, sobre todo en los últimos años, han tenido importantes consecuencias dentro de la vida de las y los trabajadoras/es.
El sector terciario en la economía de nuestro país, marcado por una fuerte feminización (tanto a nivel numérico de mujeres, como así también por las características que posee)[1] ha sido una de las áreas con mayor avance, ya que son cada vez más las personas que se desempeñan dentro del rubro de servicios, lo que evidencia los cambios que hoy predominan. Un ejemplo de ello se da en el caso de las jornadas y funciones que llevan a cabo dentro de las empresas, ya que con la llamada “polifuncionalidad” establecida en la mayoría de los contratos actuales (y requisitos en el caso de no existir un contrato como tal), se muestra en que son cada vez más las personas las que ejecutan una gran cantidad de labores dentro de su trabajo, sin mayor seguridad ni tampoco con las condiciones mínimas para realizarlas de manera óptima. En el caso de las jornadas, éstas suelen ser extenuantes (con la reforma laboral del año 2016 podrían llegar a extenderse incluso hasta 12 horas diarias), de carácter rotativo y sumado a ello, existen varios autores/as, que plantean que el trabajo actual perdió sus fronteras y es por eso que hoy nuestra propia vida se encuentra al servicio del trabajo. Seguir leyendo →