Los espacios digitales continúan siendo hostiles para mujeres y disidencias, quienes no solo están más expuestas/es a violencias en Internet y distintas plataformas, sino que también deben sortear una serie de brechas de acceso y conocimiento, según las particularidades de sus experiencias. Y la actual emergencia sanitaria ha acelerado estos procesos, configurando nuevas desigualdades y formas de ataques.
Pero para nosotras, la solución no consiste en abandonar en Internet ni en autocensurarnos, sino que de reapropiarnos de la tecnología y generar un intercambio activo de conocimientos que nos permitan prevenir, defender y resistir a las violencias. Seguir leyendo