Tras dos años de ejecución del Programa Lilén en Biobío: Aprendizajes, problemáticas y desafíos pendientes

A mediados del 2022, comenzamos a implementar sistemáticamente nuestro Programa Lilén en liceos públicos del Biobío, con el apoyo financiero de un Programa FNDR del Gobierno Regional del Biobío, labor que mantuvimos por dos años.

El principal objetivo de Lilén era identificar, prevenir y abordar la violencia e inequidad de género, facilitar el acceso a educación sexual integral, abordar casos de discriminación y acoso escolar, además de fomentar la participación y liderazgo desde las juventudes.

Su base era un ciclo de talleres educativos presenciales, de 6 sesiones por curso o grupo de voluntarios/as, de máximo 1 hora y media de duración, aunque este formato en varias ocasiones se ajustó a la realidad y disponibilidad de cada establecimiento. Cada taller incluyó dos talleristas especializadas, material expositivo, material educativo impreso de entrega gratuita y actividades prácticas. Además de estos talleres educativos dirigidos a estudiantes, se realizaron talleres específicos para docentes, ferias educativas para estudiantes y público en general, la entrega de métodos de barrera, la realización de jornadas de muralismo, la adaptación de material educativo a Lectura Fácil y la exhibición de la obra «Send Love, Send Nude» junto a su conversatorio.

El Programa Lilén benefició a aproximadamente 1.800 estudiantes y 180 docentes y personal de apoyo y, en medio de esta titánica labor, se identificaron una serie de problemáticas, violencias y desafíos en los espacios escolares, como también fortalezas que residen en los y las estudiantes. A continuación, compartimos el informe que resume esos hallazgos. Hojea abajo y descárgalo AQUÍ (versión revista impresa y versión informe simple)

También puedes revisar su síntesis aquí:

[INFORME] Chile y la violencia de género en Internet: experiencias de mujeres cis, trans y no binaries

Los espacios digitales continúan siendo hostiles para mujeres y disidencias, quienes no solo están más expuestas/es a violencias en Internet y distintas plataformas, sino que también deben sortear una serie de brechas de acceso y conocimiento, según las particularidades de sus experiencias. Y la actual emergencia sanitaria ha acelerado estos procesos, configurando nuevas desigualdades y formas de ataques.

Pero para nosotras, la solución no consiste en abandonar en Internet ni en autocensurarnos, sino que de reapropiarnos de la tecnología y generar un intercambio activo de conocimientos que nos permitan prevenir, defender y resistir a las violencias. Seguir leyendo