Texto: Carla Olivares Cariaga
Dirección documental: Bárbara Pestan Florás
Fotografía: Javiera Véliz


En 1994 se publica El infarto del alma, un libro donde Diamela Eltit y Paz Errázuriz abordan y visibilizan desde la narrativa y la fotografía la vida y convivencia de personas con diversidad mental que habitan el Psiquiátrico de Putaendo. Este lugar en sus comienzos fue un hospital público para personas enfermas con tuberculosis que contaba con una distinguida y moderna arquitectura pensada en la recuperación y sanidad, pero al darle solución farmacéutica a esta problemática, se convierte en un espacio de reclusión para personas psiquiatrizadas. No obstante, como todo lugar de los márgenes, de la periferia social que no se ajusta a neuronormativa fue, con el pasar de los años, un espacio de albergue para “enfermos residuales, en su mayoría indigentes, algunos de ellos sin identificación civil, catalogados como N.N” (Eltit y Errázuriz, 1999).
En el año 2010, Bárbara Pestan Florás, se interesa en darle reconocimiento a estas identidades abandonadas y comienza su investigación que la lleva a la realización de su documental Ver es un acto (de Pocilga, 2022) para que, con él, pudiésemos presenciar y conocer estas otras realidades que aun cuando no se vean, ni se hable de ellas en las esferas sociales comunes, siguen existiendo y sintiendo. Documental que por este mes se ha exhibido en diversas salas de cine a lo largo del país.
“Me parece importante que tanto en lo personal y lo colectivo podamos abrir la mirada hacia la diversidad mental, desde el simple hecho de nombrarla como tal y no como «discapacidad mental» hasta lugares más profundos respecto a la integración, posibilidades y recursos con los que cuentan las personas. Conocí diferentes hospitales realizando diversos ejercicios mientras estudiaba cine, hasta que llegamos al psiquiátrico de Putaendo en el año 2010 que fue el que más llamó mi atención, por el cómo se relacionan las personas, las posibilidades que tienen dentro del espacio, donde se encuentra emplazado, etc., además de ser el mismo lugar en el que Diamela Eltit y Paz Errázuriz realizaron el libro El infarto del alma, que me inspiró mucho en esa instancia para realizar el cortometraje”, comenta Bárbara.
Personalmente, una de las realidades presentes en el documental que más me motivó y emocionó fue ver a Orlando, un artista e ilustrador, que realiza de forma completa a lo largo de la obra fílmica una enorme, singular y sobresaliente ilustración de Bernardo O’Higgins, a quien le pudimos observar todo su proceso creativo. Una revelación que me hace recordar cómo históricamente las obras de “los locos” siempre fueron anónimas, siempre fueron mostradas por reconocidos psiquiatras, en distinguidas salas de arte en Europa, desde comienzos del siglo XX, pero nada se sabía o mostraba sobre quienes realizaban tales obras de arte. Y hoy, en este bello y emotivo documental, Orlando, como tantos otros y otras artistas que viven en centros psiquiátricos, podemos reconocer su trabajo y su autoría del arte que realizan, finalmente.

Para conocer más sobre la pre y post producción del documental Ver es un acto, he realizado una breve entrevista a su directora, quien nos comenta sus impresiones sobre su trabajo fílmico:
1.- ¿Cómo llega a interesarte realizar un documental de personas psiquiatrizadas, especialmente de aquel recinto del Psiquiátrico de Putaendo?
La primera vez que llegué a un hospital psiquiátrico fue por un ejercicio de actuación mientras estudiaba teatro en el año 2005. En ese tiempo pasamos una temporada en el psiquiátrico de Av. La Paz en Santiago para el examen, y tras cada visita me llamó mucho la atención la forma de relacionarse de las personas que habitaban, la comunidad que conformaban entre elles y el prejuicio social que les estigmatiza e invisibiliza. Así fue como después al entrar a estudiar cine seguí indagando y realizando ejercicios observando diferentes hospitales psiquiátricos públicos de la RM y V región hasta que en el año 2010 llegué al Psiquiátrico de Putaendo que me llamó mucho la atención por varias razones, el espacio donde se encontraba, el hecho de permitir que hombres y mujeres se relacionaran en el mismo espacio (No sé ahora pero al menos hasta ese momento no había conocido un Hospital Psiquiátrico público en el que se permitiera así la convivencia), también me interesaba que era el mismo espacio del trabajo literario-fotográfico El infarto del alma de Diamela Eltit con Paz Errázuriz, y a partir de todas esas inquietudes realicé el cortometraje documental que también se llama «Ver es un acto», era un cortometraje de escuela y solo tuve 1 semana para grabar, pero siempre quedaron en mi estas inquietudes e interés en poder profundizar en este espacio, en las relaciones de las personas, así fue como tras varios años y otras películas realizadas volví para hacer este largometraje.
2.- ¿Por qué el documental lleva ese nombre? «Ver es un acto»
El título tiene su base en la frase de Paul Nougé (Poeta belga surrealista) Ver es un acto, el ojo ve del mismo modo que toma la mano la cual fue escrita a partir del interés del poeta en que una obra artística no solo sea un acto pasivo para el espectador si no que al observar la obra el espectador sea capaz de generar una acción con esta, tras observarla, escucharla, etc. Ese fue el primer impulso para seguir titulando esta película con el mismo nombre de mis ejercicios previos. Y ya a nivel más personal me pareció que la frase hablaba por sí misma como una invitación a re ver este lugar, a romper las barreras, los prejuicios que tanto invisibilizan, la película en si misma es un ejercicio e invitación a observar y dejarse permear por este espacio.
3.-. ¿Tienes alguna motivación personal o artística que te haya vinculado con este lugar y estas personas?
Mmm la verdad es que mi motivación con esta película es más social, en el sentido de que llegué a este espacio y sentí la necesidad de poder mostrarlo afuera, hacerme cargo de que tengo una cámara y el acceso para poder darles voz y visibilidad a estas personas. Ese fue siempre mi motor con esta película. A nivel más artístico la verdad es que muy en el plano inconsciente siempre me han llamado la atención los lugares menos visibles, o que no es fácil acceder, más aislados y periféricos también. Crear algo nuevo en estos espacios u observarlos es un impulso que ha estado presente en todos mis trabajos, pero siempre desde un impulso inconsciente que algo tan mental preconcebido.
4.- ¿A partir de la realización de este documental, podrías compartir algunas reflexiones personales sobre la necesidad social de hacer visibles estas realidades?
Fueron tantos años compartiendo y observando este lugar, las personas, que siento que es muy esencial poder mostrarlas y hacerse cargo como país, como sociedad de ellas. Hay hartas leyes «que los protegen» pero en el día a día, en el cotidiano rápidamente podemos darnos cuenta que ser una persona que se encuentra calificada socialmente con «discapacidad mental crónica» (Ojalá pudiéramos partir por nombrarla como diversidad mental más que discapacidad, de inmediato eso genera un cambio en el discurso) y que se encuentra en un psiquiátrico público, está en condiciones completamente vulnerables, en las cuales no tienen capacidad de decidir totalmente por su cuenta, al poder salir del recinto muchas veces son desplazados incluso de los mismos consultorios médicos, hay un prejuicio tan grande que al emplazarse casas protegidas «al interior de las ciudades» (Generalmente igual se encuentran en la periferia) los vecinos se oponen para que estas se emplacen cerca de sus hogares. Por otro lado, son también personas que generalmente sus familias no saben o no pueden hacerse cargo de ellas ya que no contamos socialmente con redes de apoyo ni contención, menos de un sustento económico digno. La psiquiatría publica en si misma es un espacio al que menos recursos económicos se le inyecta, y bueno, así podría seguir comentando sobre razones que motivan la necesidad imperante a mi juicio de poder darle un espacio de visibilidad a estas personas. Pero creo que lo que te comento es lo que dentro de estos años más llamó mi atención y pude observar, desde el cotidiano, el conversar con las personas del psiquiátrico, los familiares, etc.
5.- Finalmente, a quiénes te gustaría invitar a ver tu documental, sabiendo que ojalá lo vieran todas las personas posibles, pero sabemos que hay ciertas profesiones que su aporte en estos lugares serían realmente un agente de cambio para el bienestar de estas vidas con diversidad mental.
Yo creo que ojalá la película pudiese llegar mucho más a los espacios de psiquiatría, psicología, terapia social. El otro día una chica que está terminando su carrera de psicología me dijo en el conversatorio que ojalá esta película pudiese ser vista al momento de estudiar la carrera porque cambiaría mucho la forma en que se aborda. En general siento que muchas veces es fácil mirar las cosas desde afuera, los juicios, pero es importante irse adentro a observar, ahí creo que ocurren los cambios, y siento que eso es este documental una observación desprejuiciada y amorosa desde el interior, que puede aportar a reflexionar en como cambiar esta realidad. La película pone sobre la mesa a las personas y su realidad, pero somos nosotres quienes tenemos que aportar en el cambio, cada uno desde el lugar que puede.

Si te interesa asistir a las siguientes exhibiciones del documental en Concepción para esta semana de mayo, te dejo el link del tráiler aquí y acá más información para que no te pierdas esta experiencia audiovisual:
