Hace poco más de un año, comenzamos a implementar sistemáticamente nuestro Programa Lilén en liceos públicos del Biobío. Este consiste en ciclos de talleres de educación popular feminista en torno a las siguientes temáticas: Derechos Sexuales y Reproductivos, Educación Sexual Integral, Diversidades y No Discriminación, Violencia de Género, Salud Mental y Participación y Derechos Humanos; además de la coordinación de talleres específicos para docentes, ferias para estudiantes y público en general, la exhibición de la obra «Send Love, Send Nude» junto a su conversatorio y la entrega de fanzines educativos y métodos de barrera.

Hoy, ya sumamos 7 establecimientos en los que hemos trabajado, beneficiando a más de 900 estudiantes y casi 90 docentes de las ciudades de Concepción, San Pedro de la Paz, Coronel, Arauco y Penco. Y aún nos queda mucho por crear, educar y aprender.

Por un lado, la realización de estos talleres nos ha permitido conocer las experiencias y fortalezas de estudiantes de la región. Nos hemos encontrado con jóvenes con ganas de participar, con empatía y disposición a compartir sus experiencias y creaciones. Nuestro taller favorito es el de Participación y Derechos Humanos, donde pueden ilustrar problemáticas sobre las que quieran educar y concientizar en su entorno en afiches. Racismo, respeto a las diversidades, violencia intrafamiliar, derecho a la opinión, violencia de género y educación de calidad y empática son algunas de las temáticas que han propuesto:

Igualmente, nos ha permitido identificar las principales problemáticas, dudas y violencias que enfrentan en su día a día, las cuales han sido recogidas entre encuestas anónimas (análogas y digitales) y a través de grabaciones de campo que realizan las talleristas. En todas estas metodologías se preserva la identidad de les estudiantes.

Algunos de los primeros hallazgos realizados en terreno, es la urgente necesidad de Educación Sexual Integral. Entre las problemáticas identificadas entre estudiantes, se cuentan: numerosos casos de acoso callejero contra las alumnas (quienes suelen desconocer la existencia de la Ley contra el Acoso Callejero), desconocimiento sobre conceptos básicos de sexualidad (no conocen palabras como “coito” y “vulva”; les cuesta definir “consentimiento” y distinguir entre “sexo”, “sexualidad” y “género”), nulo acceso de información a sus derechos sexuales y reproductivos, sobreexposición a pornografía y a sus mitos, desconocimiento sobre el uso práctico de métodos de barrera, lubricantes y métodos anticonceptivos, desconocimiento de la actual ley de aborto en tres causales, vergüenza a hablar sobre temáticas como la menstruación, presencia de mitos en torno a la “virginidad”, poca información sobre el VIH (desconocimiento de tratamientos como retrovirales, PREP y la carga indetectable), casos de embarazo y aborto en adolescentes y casos de grooming y estupro.

Además, hemos constatado que se siguen reiterando estereotipos y desigualdades de género. Entre los primeros hallazgos entre estudiantes, se cuentan: menor participación (e incluso, derecho desinterés) de los estudiantes varones en temáticas relacionadas a violencia de género, relaciones sexo-afectivas desiguales y basadas en estereotipos y núcleos familiares conservadores en los que sigue recayendo el trabajo no remunerado sobre las mujeres de la familia. Mientras que, entre docentes, hallamos un desconocimiento de la perspectiva de género y cómo llevarla a su quehacer y el aula, además de profesores que aceptan tener percepciones desiguales de sus estudiantes en base a estereotipos.

Cabe destacar que, de los 24 cursos o grupos de estudiantes voluntarios/as con los que hemos trabajado, no ha existido ninguno en que no hallamos detectado algún caso de violencia. Los más reportados han sido: acoso a través de tecnologías, acoso callejero, violencia intrafamiliar, violencia institucional (de mano de organismos de Estado como Mejor Niñez), violencia sexual (especialmente, grooming y abuso) y violencia en el pololeo (forma de relación informal).

Finalmente, otra problemática detectada durante el trabajo en los territorios ha sido la presencia de mitos del amor romántico en el discurso y relaciones de los y las jóvenes. Creencias como que “el amor todo lo puede y perdona”, “eres mío/mía”, “para el amor no hay edad” o que el amor romántico es el centro de la vida continúa presente y normalizado entre los y las jóvenes. Incluso, hacia comunas en las periferias, se identificaron casos de estudiantes que se fueron de sus hogares a convivir con sus parejas, como una forma de escapar de la violencia intrafamiliar (aunque estas creencias y estereotipos pueden terminar replicándola).

Nuestro trabajo en terreno ha dado cuenta de cuán necesaria es la educación sexual integral y, en general, una educación no sexista y no adultocéntrica, que se posicione desde la empatía y el respeto a jóvenes, visibilizándoles como sujetos y sujetas políticos con una voz propia y derechos.

¿Quieres llevar este programa a un liceo público del Biobío? Escríbenos a hola@amarantas.org

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Equipa tras el Programa Lilén:

• Coordina el proyecto: Cecilia Ananías Soto

• Trabajan como talleristas y gestoras de contenido educativo: Ana Carillo Tureo, Consuelo Herrera Monsalve, Michelle Roa Riffo, Sofía Flores Villagrán, Valentina Luza Carrión y Cecilia Ananías.

• También es creadora y revisora de contenido educativo: Karen Vergara Sánchez

• Diseñan e ilustran: Ana Carrillo Tureo y Valeria Araya Tamayo.

• Administra y genera informes: Fernanda Rodríguez Flores.

• Representante legal del proyecto: Natalia Valeria Navarro.

• Establecimientos beneficiados: Colegio Marina de Chile (Concepción), INSUCO (Concepción), Liceo Experimental Polivalente Lucila Godoy Alcayaga (Concepción), Liceo Mauricio Hochschild- CEAT (San Pedro de la Paz), Liceo Comercial Andrés Bello (Coronel), CEIA Paul Percival Harris (Arauco) y Liceo Pencopolitano (Penco).

Ejecutado con fondos del Gobierno Regional del Biobío.